Se está llevando a cabo una serie de diálogos para dar seguimiento a la forma en que los países integran los resultados del Balance Global en la nueva ronda de actualización de los compromisos Nacionalmente Determinados. Un aspecto que han resaltado organizaciones de sociedad civil que dan seguimiento a la acción climática en América Latina y el Caribe.
Para asegurar el progreso y el cumplimiento de los compromisos alineados a una trayectoria de 1.5 grados (e incorporando los resultados del Balance Global), los gobiernos latinoamericanos requieren garantizar ciertas condiciones habilitantes, tales como:
- Romper con la inercia de encasillar la agenda de cambio climático como un tema ambiental y garantizar que la planeación del desarrollo, los instrumentos sectoriales y presupuestos incorporan una perspectiva de justicia climática y de derechos humanos.
- Robustecer los mecanismos, instancias y profesionales que facilitan la evaluación del progreso y la rendición de cuentas de los compromisos climáticos para tomar decisiones efectivas y motivar la mejora continua.
- Ante la poca claridad en el progreso de la implementación de los compromisos Nacionalmente Determinados, es importante llevar a cabo las adecuaciones institucionales necesarias para asegurar la disponibilidad, acceso, calidad y pertinencia de la información respecto al progreso.
- Fortalecer la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones de los compromisos climáticos (desde la fase de formulación, implementación, monitoreo y evaluación).
La existencia de estas condiciones mínimas motiva el incremento de la ambición climática y establece las bases de la confianza entre diversos actores para avanzar en la acción climática en el territorio y también envía señales positivas para la cooperación internacional, un elemento fundamental para garantizar el cumplimiento efectivo de los compromisos climáticos.
Este año enmarcado en una dinámica de procesos electorales (como el caso de Argentina, México, Panamá y otros países de la región) representa una oportunidad para redirigir la visión de la planeación de desarrollo de los países hacia el establecimiento de compromisos con perspectiva de justicia en una década crítica para la acción climática.
Por Mariana Gutiérrez Grados- Iniciativa Climática México
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