Para facilitar el intercambio de diferentes perspectivas, CAN América Latina trabajó junto con CAN Europa para crear un momento de intercambio celebrado en las sesiones de Bonn. Los miembros asistentes provinieron de países como Brasil, Costa Rica, Alemania, Argentina, Austria, Nicaragua, Suecia, Reino Unido, Honduras, Chile, Suiza, México y más allá…
Combinamos a todos los miembros de ambos nodos para discutir cómo presionar a nuestros gobiernos en la implementación de Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDCs) ambiciosas, demandas de justicia, obligaciones financieras y la necesidad de rastrear cuidadosamente el impacto externo de la actividad del sector privado europeo (Global Gateway) en América Latina.
Hubo un sentimiento compartido de que la Unión Europea (UE) tiene el potencial de ser un socio confiable para las comunidades de América Latina y el Caribe, pero que las organizaciones europeas deben preguntarse «¿Cómo se ve el futuro para América Latina?» al comenzar a planificar nuevas asociaciones climáticas a nivel internacional.
Dichas asociaciones deben considerar la eliminación rápida de los combustibles fósiles y el apoyo al desarrollo humano en comunidades más pobres (por ejemplo, con empleos en industrias alternativas, servicios de salud, educación y protección social).
Quedó claro a partir de la discusión que los países latinoamericanos buscan frecuentemente a la UE como ejemplo de cómo realizar la transición, pero que esa transición no puede estar desvinculada de la justicia social, los derechos humanos, la necesidad de aumentar la transferencia de tecnología y deshacerse de estructuras financieras explotadoras (“grants not loans” – subvenciones, no préstamos) mientras trabajamos juntos hacia una ‘New Collective Quantified Goal’ (NCQG) – una nueva meta colectiva cuantificada.
Todos los involucrados en el proceso de la CMNUCC están de acuerdo en que necesitamos una NCQG justa y ambiciosa para finales de este año. La NCQG es una nueva meta global de financiamiento climático que debe establecerse antes de 2025 y muchos están pidiendo una elevación significativa, incluso más de $1 trillón en subvenciones públicas de ricos a pobres. Si esto se logra en Bakú, sería revolucionario para el desarrollo humano y la lucha contra el cambio climático en América Latina.
Hubo un gran entusiasmo en el intercambio, ya que los miembros de CAN coincidieron en que la solidaridad y la cooperación cercana en toda la red global de CAN es la única manera en que podemos obligar a los países ricos a cumplir con sus obligaciones. CANLA y CAN Europa construirán juntos sobre este impulso, y deben ponerse en contacto para conocer las últimas acciones y estrategias de defensa.
Muchos miembros de CAN América Latina enfatizaron fuertemente que sus países y comunidades no necesitan préstamos, debido a los extremadamente altos niveles de deuda existente. También hubo una reflexión que los miembros europeos compartieron, sobre que están conscientes de la necesidad de que la UE debe aumentar las subvenciones, promover un acceso simple y directo a la financiación para las comunidades más pobres, y limpiar los flujos financieros internacionales. Sin embargo, también compartieron el contexto político de muchos ciudadanos europeos que sufren altos costos de vida y temen la guerra.
Hubo mucho entusiasmo compartido por la colaboración entre los dos nodos, especialmente en el intercambio de información y análisis en el período previo al G20 en Río de Janeiro, la COP16 (Biodiversidad) en Cali, Colombia, y por supuesto la COP30, que se celebrará en la ciudad amazónica de Belém en 2025. Los miembros de CANLA enfatizaron que estos espacíos son intensamente políticos, y las demandas de justicia serán muy fuertes por parte de los activistas dentro y fuera de los eventos.
Trabajo colectivo y solidaridad, por el mejor futuro para todos.
